Santosha

Santosha

Satisfacción / contento

Santosha es la capacidad de estar a gusto con lo que tienes, con lo que eres. Comprendiendo que eres un eterno aprendiz y que esta vida es una experiencia. Cuando comprendes que todo viene a enseñarte algo con humildad, eres capaz de sentir ese contento interno. ¿Por qué?  Porque te das cuenta de que esa experiencia es una posibilidad de crecimiento en potencia, que solo necesita de tu percepción desde ese punto de vista. De tu trabajo de asimilar lo que la experiencia te quiere enseñar.

Por ejemplo en tu práctica en vez de centrarte en aquello que no consigues hacer como quieres, puedes hacerlo en agradecer la oportunidad de poder practicar en esta vida, y de cómo vas obteniendo beneficios a través de esta práctica de yoga.

Santosha está relacionado con asteya en el sentido de no tomar nada como tuyo. Cuando entiendes que en la vida no hay nada de nadie y que nada nos pertenece y somos un infinito fluir donde la importancia está en el aprendizaje, surgirá santosha, el contento.

La satisfacción de tener la oportunidad de vivir y aprender de lo que acontece en tu vida, de que tener la posibilidad de cambiar y adaptarnos de forma que nuestro interactuar sea mas eficaz y sencillo.

En cualquier momento de la vida podemos decidir si estar satisfechos o no. Independientemente de las circunstancias externas que a veces serán favorables y otras complicadas. Igualmente eliges la satisfacción. Esto no es no darse cuenta de lo que sucede fuera y nos afecta, esto es cambiar la aptitud y foco y de esta forma ante la imposibilidad de cambiar las circunstancias externas, cambiamos nuestra percepción sobre ellas.

Se dice que la alegría es la mejor base para el desarrollo personal. Cada vez que te sientes a meditar, toma unos minutos antes para recuperar la alegría, para fomentar esa emoción positiva y busca motivos para alegrarte. Será como una medicina para ti. Siempre hay algo de lo que alegrarse.

Debes entrenar la aptitud de ver el vaso medio lleno, de poner el foco en lo que está bien y no en lo que está mal. Valorar que tienes salud, una mente clara que funciona, familia y amigos que te acompañan, recursos abundantes por haber nacido en un lugar sin graves conflictos, capacidad de comprensión de las enseñanzas, te has encontrado con las enseñanzas, disfrutas de nuevas oportunidades…. En definitiva formas parte del grupo afortunado de personas que viven como tú vives ahora. Reflexiona que eres una minoría favorecida.

Entrena a tu mente a ver lo positivo.

¿Como trabajamos esto?

Cuando meditas primero intenta reproducir el sentimiento de alegría. Y en tu meditación tienes que aprender a aceptar tu mente inquieta y todos esos pensamientos que no te gustan. No te gusta la desarmonía de tu mente, ni su distracción ni su constante huida y dispersión, tampoco su velocidad ni los pensamientos de odio o crítica que surgen en ella. Pero date cuenta que esa mente es la misma que puede generar buenos pensamientos, desarrollar amor y colaborar en grandes proyectos con su creatividad. No rechaces lo que no te gusta, acéptalo y trabajo en ello. Sé consciente de esto.

Otra forma de trabajar en ello es cada vez que te surja un pensamiento negativo de crítica, odio o juicio, nada más aparecer busca pensamientos opuestos. Si es por ejemplo una crítica a una persona, busca sus cualidades. Seguro que las tiene.

No te quejes y aprecia lo que tienes. Haz este ejercicio cada día. Llevas mucho tiempo fomentando el odio o la crítica y es normal que sea la aptitud primera de tu mente, entrena a tener la aptitud positiva y que la motivación de hacerlo sea el progreso del amor a los demás y el bienestar de todos los seres. Colabora así a eliminar el mundo de conflicto que nos causa sufrimiento. Trabaja sin egoísmo por el bien de todos. No solo para evitar tu mal estar.