La fuerza del tercer chakra

La fuerza del tercer chakra

Situado en el plexo solar, a nivel físico son un conjunto de ganglios, una red nerviosa que intercambia numerosa información con el cerebro y que tiene la importante misión de inervar las vísceras abdominales.

Desde nuestro punto de vista vamos a centrarnos en su aspecto más sutil y vamos a dedicar estas líneas a reflexionar acerca de una importante virtud asociada a este chakra: la voluntad y el poder personal.

Fuerza de voluntad solemos llamarlo, y como su propio nombre indica a través de la fuerza se inicia la acción y a través de la voluntad se sostiene el compromiso con la acción iniciada. Y ambas unidas manifiestan el poder personal de transformación.

La energía del tercer chakra relaciona la potencialidad con la manifestación, es decir la causa con el resultado. Hacer este proceso de una forma consciente es manejar el poder personal. Es conocer que los resultados son consecuencia de causas y dirigir las causas para obtener resultados. Es conocer la ley del karma, y es por tanto la capacidad de dirigir acciones o ideas para un fin concreto. Visualizar una meta y traerla como realidad.

La manifestación material siempre se produce, ya que de alguna forma el plano físico viene a manifestar el plano de las ideas. Y constantemente nuestras acciones condicionan los resultados. Sin embargo es a través de la consciencia en el propio proceso que podemos manejar la voluntad. Se podría resumir con un sencillo ejemplo hortícola: “si quiero cosechar espinacas, debo plantar semillas de espinacas”

El problema de desconocer o ignorar el proceso de causa-consecuencia (ley del karma) no prestándole la merecida atención y confiar la cosecha al azar manteniendo un comportamiento automático o sosteniendo acciones sin finalidad, es que no tienes propósito, y sin propósito puede que tengas muchas ganas de comer espinacas, pero si sembraste al azar es muy probable que por supuesto tengas espinacas y también otras múltiples hortalizas que no querías y que no sabes cocinar.

Otro problema es que terminas cultivando las “semillas del hábito”, tomas la bolsa de semillas de todos los años, donde sigue habiendo una mezcla confusa y además se va sumando que muchas de ella están caducadas y no germinarán, de forma que termina por manifestarse lo que siempre se manifestó: una mezcla de hortalizas indeseadas y cada vez menor cosecha deseada.

Y por último es probable que termines cultivando las semillas de otro que si tiene propósito, te da su propia bolsa de semillas, tu trabajas para cuidarlas y él se lleva la cosecha. En definitiva manipula su entorno para lograr su propia meta.

Dejando a un lado el ejemplo hortícola, cuando sostienes en el tiempo la ignorancia de la ley del karma, y mantienes la inercia de no ejercer la voluntad, pueden darse las varias consecuencias, que por supuesto terminan manifestándose porque una vez más el karma hará que florezcan las semillas que cultivas. Algunas de ellas son:

  • Te cuesta cada vez más tomar decisiones porque estás confundido y tu feedback con la realidad está cada vez más distorsionado. Es decir, no sabes lo que quieres.
  • Desequilibras tu sistema dejando de ejercer el libre albedrío y te sientes desanimado y víctima del entorno.
  • Te desesperas por no lograr tus metas y comienzas a culpabilizar a otros.
  • Eres víctima de emociones negativas que te mantienen en estado negativo y perpetúan tu malestar.

En definitiva conocer y manejar la energía personal de que disponemos como fuerza capaz de transformar la realidad y responsabilizarnos de ella, es garantía de una vida plena con firme propósito donde muy probablemente independientemente de la forma externa que tome, nuestro sentimiento de paz interno con mucho nos recompensará.

Foto de Kindel Media en Pexels