Emociones negativas y meditación

Emociones negativas y meditación

Uno de los mayores escollos para el bienestar son las emociones negativas

En este sentido la ayuda de la meditación está en hacernos más presentes de forma habitual y reconocer estas emociones en cuando nacen en nuestra mente. Una vez reconocidas nuestra responsabilidad si queremos seguir teniendo bienestar, es aplicar los remedios o antídotos que tengamos a mano. Usar herramientas para diluirla y manejarla adecuadamente.

Puede parecernos que las emociones negativas son parte de nuestro ser y por ese motivo nos hemos habituado a ellas, nos definimos con ellas y las vivimos incluso disfrutándolas porque nos producen cierto “placer”. Pero la realidad es que no son parte de nosotros, no son más que nubes pasajeras que oscurecen nuestra mente y la mantienen confundida. Además tienen un problema añadido y es cuando no las aprendes a manejar es común que actúes sometido a ellas y te generen aún más problemas. Por lo tanto lejos de ser placenteras, son la causa de nuestro sufrimiento.

Las emociones negativas se pueden vencer y manejar, solo hay que querer hacerlo y tener claro que no somos eso. En definitiva priorizar nuestro bienestar, eliminar el sufrimiento.

Uno de los motivos de porque la meditación funciona es que cuando nuestra mente es consciente del nacimiento de la emoción y le presta atención plena, no la está alimentando con nuevos pensamientos ya que está ocupada en ser consciente. De esta forma al no tener alimento se “muere de hambre”, se diluye, y al diluirse hemos logrado así transformar la emoción negativa en sabiduría, puesto que esa emoción en verdad no existe, no está en ningún lugar fuera, nace y muere en nuestra propia mente. No es real. Porque si lo fuera lo sería siempre. Puede parecer que algunas lo son porque son sostenidas por mucho tiempo, pero el motivo de su duración es porque las alimentamos con nuevos pensamientos, las damos vueltas y más vueltas y las relacionamos con diferentes aspectos nuestros y de nuestro exterior… Pero si dejamos de alimentarlas mueren. Debemos romper el circuito si queremos salir de ellas.

Contempla la efervescencia y explosión de la emoción y permite que muera. Resiste la tentación de alimentarla con nuevos pensamientos porque te sientes cómodo enganchándote a ella, es lo que siempre hiciste y la fuerza de hábito es muy potente. Es tu ego el que se identifica y se siente cómodo, pero tu verdadero ser sufre y pierde bienestar presente y futuro.

Practica cada vez que sientas que una emoción negativa te invade y empieza a querer acapararte. Permanece presente en su mecanismo de instalación y de cómo quiere comenzar una interminable lista de motivos por los que debe existir como aparecen pensamientos que tratan de justificarla…. Y se decidid@, detén el parloteo interno y respira, solo respira observando cómo se va apagando.