¿Qué fin perseguimos?
Después de las reflexiones que hayas podido alcanzar las semanas anteriores, en este capítulo empiezo lanzándote una pregunta: ¿Qué es para ti mindfullness o meditación? Reflexiona qué piensas que implica y valora de qué manera crees que puede transformarte.
Cualquiera que haya sido tu conclusión te recuerdo algo importante desde el punto de vista de la filosofía del yoga – la presencia o consciencia que permite alcanzar el mindfullness o meditación es el primer paso para disfrutar de mayor libertad, para dejar de sufrir.
SUFRIR es una palabra fuerte y tal vez pienses que no estás sufriendo porque en tu vida las cosas funcionan y se suceden tal y como programas de una forma más o menos armoniosa y agradable. Pero en vez de ir esquivado tus emociones y pensamientos con las actividades resolutivas de tu rutina diaria te animo a que te detengas a mirarlos de frente. Da la cara a ese lado tuyo no tan visible para poder observar que a pesar de que tu mundo material parezca ordenado hay algo en ti que te mantiene en una constante guardia para tener todo controlado, llegar a todo y así evitar el sufrimiento de todo aquello que no controlas, que te supera. Todo aquello que no estás dispuesta a aceptar lo tapas con actividad. Y puede que la manifestación externa de esto sea una sensación de intranquilidad, ansiedad, miedo o incluso algunos dolores o tensiones que se suceden en tu cuerpo.
Darse cuenta de que estás vivo en este presente. Y de que tienes emociones y pensamientos con los que lidiar. Y es un gran paso conocerlo y aceptarlos. Porque somos seres humanos, no máquinas de producción.
Pero no te preocupes, si estás despierta tienes la llave para abrir la jaula:
Todo en tu vida tiene la potencia de transformarte. La transformación no está en los templos ni en los retiros ni en las actividades que hemos venido a llamar “espirituales”. No hay nada que tenga la exclusividad en esta capacidad de tocarte y cambiarte.
Lamento decirte que las prácticas calificadas como espirituales con solo una parte. Que aunque sea mejor meditar 10 minutos al día que nada, no es suficiente para realmente generar un impacto en ti. Pero no te preocupes, puedes practicar todo el tiempo, todo lo que te rodea es tu campo de práctica. Todos los que te rodean son lo que necesitas para practicar. La realidad es mucho más generosa y no se acota a tus prácticas “espirituales” o “de autoayuda”. Está en todas partes.
Por ese motivo en tu día a día es importante buscar algo que te recuerde que estás aquí. Que al verlo te haga salir de tu personaje y tus respuestas aprendidas, casi automáticas, y te ayude a conectar con el presente, con la intuición, con tu creatividad. De este modo es como comenzamos a implementar las cualidades del ser. SIGUE LEYENDO CAPITULO 3….