El puente hacia la meditación. Parte 2

El puente hacia la meditación. Parte 2.

Una vez trascendido el enfoque último en la postura de yoga y con el interés puesto en avanzar en los siguientes escalones, podemos ya hablar de las formas de acercamiento al proceso meditativo.

Las técnicas empleadas pueden resumirse en 3 ramas:

  • Disciplina y conducta ética: recuerda los yamas, niyamas y kleshas que condicionan nuestros patrones de conducta y por supuesto van a estar muy involucrados en nuestros patrones de pensamiento. Puedes repasarlos o leerlos en otros artículos de la web.  
  • Meditación o entrenamiento mental: lograr mantener la atención mental (dharana). Hasta ahora hemos desarrollado un tipo de atención mental basada en la realización de asana o pranayama. Pero buscamos ir estableciendo dharana en otros ámbitos y que vaya incorporándose a nuestra vida cotidiana.
  • Sabiduría o conocimiento: conocimiento que nos va ayudando a no perdernos en lo que parece ser pero no es. A lo largo de la práctica física has ido aprendiendo muchos conceptos que han aportado a tu proceso, por ejemplo en lo que se refiere a la colocación de tu cuerpo, cuando empiezas a dar importancia a la energía más allá de la materia, cuando empiezas a relativizar lo que percibes con tus sentidos o te das cuenta de cómo tu propia atención divaga sin ti.

Recuerda que el camino es siempre gradual, percibe en ti mism@ cómo la disciplina afecta a tu estado mental, y cómo primero debes atajar esa parte para poder entrenar tu atención y a través de esa mente clara puedes comprender y aplicar los conocimientos. De otro modo, saltando etapas por ser incómodas o desagradables no logramos otra cosa que estar en el mismo punto día tras día y no podremos concretar grandes avances.

Es decir: para llegar lejos es importante ejercitar las 3 ramas.

Algo de motivación…. ¿Para qué meditamos? 

Hay muchos “para qués” sin duda. Yo te muestro el que para mí tiene más sentido y me permite más margen de avance: “Meditamos para acercarnos a nuestra verdadera naturaleza”. Y en este proceso liberarnos de lo que nos limita, nos aprieta y nos distorsiona.

Y tú me preguntarás… ¿y porque si es mi naturaleza no estoy ya en ella?

Y por supuesto hay muchos “porqués”, y también en este caso te cuento el que a mí me parece más transformador y que me ha permitido acceder a otro enfoque de las cosas:

Y aquí uno de los motivos… ¿Qué nos separa de nuestra verdadera naturaleza?

  • Autoaferramiento: No saber quiénes somos. El falso yo y el egocentrismo que se instala al pensar que existimos independientemente del resto. Exagerando nuestras necesidades y nuestra importancia y estableciendo un constante ejercicio de identificación y defensa. Y esto provoca reacciones a lo que sucede, emociones constantes como enfado, orgullo, desprecio, violencia…
  • Estados aflictivos/emocionales: Son creencias que nos limitan y distorsionan la realidad. Por ejemplo si me veo perjudicado por algo fruto de creerme más importante y además pensar que soy el único, reaccionaré con ira y rechazo e incluso formularé internamente toda una teoría o creencia de que las cosas son injustas y eso me conduce a actuar mal, por venganza y generar daño sin saber las consecuencias. Un daño que comienza en uno mismo y se va propagando al exterior.
  • Patrones conductuales: El resultado de los estados aflictivos es la actuación con mala intención y sin medida.

Te animo a que reflexiones acerca de si este circuito se reproduce en tus pensamientos. No es cuestión de creerse las cosas, tienes todo el equipamiento de un cuerpo humano y por tanto la posibilidad de observarlo en ti y decidir si incorporar este conocimiento te sirve o no. Si piensas que esta no es la causa de tus movimientos mentales puedes interesarte por otras teorías que tal vez resuenen más contigo.

Si esta teoría como mínimo te da curiosidad continúa leyendo…

El resultado del “estilo de vida egoico” es que este circuito repetido te lleva de forma constante a actuar de la misma manera y por ello recibir el mismo tipo de respuesta de fuera y dentro. Te darás cuenta de cómo esto limita tu libertad y te somete a un constante devenir de pensamientos muchos de ellos innecesarios que solo generan ruido mental.

¿Cómo vamos a intentar mejorar esta situación “ruidosa”?

  • Eliminando lo que sobra.
  • Poniendo lo que falta: mejorando conocimientos y desarrollando un estado más saludable.

Eliminado lo que sobra

Antes de continuar con labores introspectivas te sugiero que te enfoques en tu día a día cotidiano que es donde pasas el 95% de tu tiempo. Y afrontes este trabajo de eliminar el ruido mental desde lo rutinario. Piensa que compensar en el cojín de meditación aquello que ocupa la mayor parte de tu día va a ser un proceso tanto más laborioso cuanto más ruido tengas que digerir.

Busca tener una mínima armonía en la vida y hay muchos aspectos den los que puedes ir actuando desde este mismo momento. Te doy ejemplos:

  • Parte física: La parte más fácil de ver. Cuida las relaciones que mantienes, lo que consumes (dieta física y mental), la calidad de tus hábitos, tus rutinas de descanso….
  • Parte verbal: La parte más difícil de dominar. Cómo te hablas a ti mismo, a los demás, la calidad de tu propio discurso…
  • Parte mental: La parte más sincera. Entrenamiento para que todo eso que sucede sin darte cuenta se haga consciente y puedas ir soltando el discurso mental que te impide alcanzar el equilibrio en tu vida.

Cuando afrontes todo este “trabajito” te propongo que te recuerdes los pilares de la práctica: Perseverancia (abhyasa) y desapego (vairagya).

Y recuerda sobre todo:

  • No todo se consigue en un día, ni en una semana ni tal vez en un mes, año…
  • Estás en un proceso de constante aprendizaje. La vida es un hermoso laboratorio de  experimentación.
  • Aprende a soltar, con mucha mochila no llegarás muy lejos.
  • DISFRUTA DEL CAMINO, en tu naturaleza está la felicidad, dicha y plenitud. PRACTICALA!!