Kumbhaka – Retención del aliento
Las técnicas de Pranayama abarcan el dominio tanto de lo psicológico como de lo fisiológico. Vemos por tanto una relación directa de la respiración no solo con los procesos fisiológicos sino también con los procesos mentales.
A priori la retención del aliento provoca una liberación de energía, prana, en el cuerpo seguida de un mejor reparto por todo el organismo de esta energía. El yogui pretende dirigir esta corriente de prana a voluntad. Tanto en procesos físicos como en procesos mentales.
Para comenzar a comprender nuestra propia respiración veamos en primer lugar que hay 2 tipos de respiraciones:
- Respiración pulmonar o externa: incluye los mecanismos nerviosos y musculares necesarios para que entre aire en los pulmones, haya intercambio de gases en los alveolos y se expulse el aire ya “utilizado”. Para los yoguis esta respiración incluye 4 fases y de la modificación de estas fases nacen los distintos tipos de pranayama:
- Inhalación
- Retención aire dentro
- Exhalación
- Retención aire fuera
- Respiración interna o celular: es la verdadera respiración. Tiene lugar en cada célula, que absorbe oxígeno y por oxidación de ciertos elementos se libera de energía y se produce CO2 que es expulsado como residuo de dicha respiración celular.
El objetivo primario del Pranayama es estimular la respiración celular, lo que provocará una mayor producción de calor interno y a su vez una revitalización y mejora del tono vital.
Centrándonos en la retención del aliento, Kumhakha en sanscrito, tendrá diferentes efectos en función de la duración:
- Con Pulmones llenos de 3 a 20 segundos: esta retención está al alcance de todos. Si bien al principio la retención puede no llegar a 20 segundos, fácilmente con entrenamiento puede lograrse esta meta. Fundamentalmente este tipo de retención permite un uso más eficaz del aire tomado.
Del 21 % de oxígeno que tiene el aire de la atmósfera, se constata que solo es absorbido el 6% del total, es decir que al aire que expiramos le queda un 14% o 15% de oxígeno. Cuando prolongamos el tiempo de contacto del aire con la membrana pulmonar estamos optimizando su uso requiriendo de menos respiraciones para suministrar al cuerpo el oxígeno que necesita.
- Con pulmones llenos de 20 segundos a 90 segundos: Se requiere intenso entrenamiento y conviene hacerlo bajo supervisión. En esta etapa se producen reacciones más notorias. Una de ellas es que se pone en marcha el reflejo de inmersión. Este reflejo está muy presente en algunos animales adaptados a vivir simultaneando medio acuático y terrestre. Y en el humano queda un vestigio de esta capacidad.
Este reflejo provoca la modificación de la circulación en las extremidades, irrigando así con más sangre cerebro y corazón. Se descompone azúcar, aumenta la concentración de CO2 y aumenta la temperatura interna.
El centro respiratorio es parte del sistema nervioso vegetativo y su función es recopilar información procedente del cuerpo (como modificación del CO2 y del O2, variación de presión sanguínea, del pH…) y adapta la respiración a esa información. Por tanto todo lo recibido por los sentidos, incluyendo la actividad emocional y mental, también influye. Esto es importante tenerlo en cuenta ya que aquello que percibimos y provoca una reacción corpórea, sea real o no, va a provocar una reacción en este centro de mando.
El centro respiratorio funciona de forma autónoma, y con el pranayama o ejercicios respiratorios pretendemos que forme parte del consciente y podamos manejarlo como convenga a nuestros intereses. Podemos afirmar que la respiración es el único punto de entrada directo a nuestro sistema nervioso autónomo. Y de ahí su gran importancia.
El estímulo del centro respiratorio actúa sobre el nervio neumogástrico o nervio vago. Esto permite calmar el corazón, reactivar movimientos de intestino o favorecer la secreción glandular entre otros.
Dado que nuestro estilo de vida en muchas ocasiones sobreexcita el sistema nervioso simpático con una ingente cantidad de estímulos y tareas, es interesante tener en cuenta estos ejercicios de pranayama a la hora de tratar de neutralizar o equilibrar ese desajuste producido por la vida diaria que en último término conducen a un desgaste del organismo. Por tanto practicar frecuentemente la respiración consciente, completa y profunda, incluyendo retenciones de aliento, es una forma muy asequible y práctica de ajustar nuestro organismo.
Como nota informativa son posibles retenciones de aliento mayores con pulmones llenos más de 90 segundos pudiendo llegar a varios minutos. Solo apto para personas muy entrenadas, y con el cual se logran efectos fisiológicos profundos.
Fuente: “Pranayama. A la serenidad por el yoga”. André Van Lysebeth
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